El presidente de EU acusa al ex director de la FBI de mentir; es
un filtrador, subraya
Trump arremete contra Comey y dice estar dispuesto a declarar
Abogados del mandatario preparan una demanda por divulgar
comunicación privilegiada
La comparecencia ante el Senado fue devastadora para la Casa Blanca, coinciden especialistas
Donald Trump, gobernante estadunidense, a su llegada al aeropuerto de
Newark, Nueva Jersey, estado donde pasará el fin de semana
Periódico La Jornada
Donald Trump rompió su silencio este viernes festejando su inocencia y
acusando a su inculpador de mentir bajo juramento, 24 horas después del
devastador testimonio de su ex jefe de la Oficina Federal de
Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) ante el Senado, quien lo
denunció por haber intentado descarrilar una investigación federal y
poner en jaque la presidencia.
El despido de James Comey por el mandatario el 9 de mayo pasado,
cuando el entonces jefe de la FBI encabezaba una pesquisa sobre la mano
rusa en las elecciones estadunidenses y la posible colusión con los
integrantes de la campaña de Trump, ha resultado en la posibilidad de
una investigación contra él.
Por el momento, al menos en Washington, Trump ha perdido toda
credibilidad después de que Comey dijo sin titubear que el presidente
había mentido sobre él y la FBI, y que desde su primer encuentro
sospechaba que
la naturalezade Trump lo llevaría a mentir sobre cualquier aspecto de sus conversaciones personales.
Tal como aseveró el New York Times en un análisis sobre la
comparecencia del ex director de la FBI ante el Comité de Inteligencia
del Senado, “el testimonio, el jueves pasado, fue casi seguramente el
momento j’accuse más condenatorio de un funcionario de seguridad pública de alto rango contra un presidente en una generación”.
Posible caso legal
La conclusión de un amplio abanico de expertos, ex asesores de la Casa Blanca y algunos políticos es que el evento fue
devastadorpara la Casa Blanca, y que Comey sentó las bases para elaborar un caso legal por obstrucción de la justicia contra Trump.
Muchos recuerdan que el cargo de obstrucción de la justicia fue central en los juicios políticos (impeachment)
impulsados contra Richard Nixon y Bill Clinton –o sea, hay precedente
de que califica como cargo suficiente para enjuiciar y, potencialmente,
destituir a un mandatario.
Después de guardar un silencio inusual a lo largo del jueves, Trump
irrumpió en el ciberespacio a las 6:10 de ayer por la mañana con un tuit
celebrando que Comey hubiera confirmado su inocencia mientras lanzó una
acusación contra su denunciante: “A pesar de tantas declaraciones
falsas y mentiras, vindicación total y completa… y WOW, ¡Comey es un
filtrador!”
El equipo legal de Trump, como parte de su contraataque, anunció hoy
que estaba preparando una queja formal que, dicen, presentará al
inspector general del Departamento de Justicia acusando a Comey de
divulgar lo que califican de
comunicación privilegiadaentre el presidente y el entonces director de la FBI.
Expertos legales afirman que esa maniobra carece de sustento, ya que
Comey no compartió información clasificada y que el presidente había
comentado el asunto en sus tuits –o sea, fue el primero en divulgarlo al público.
A la vez, la
vindicaciónde Trump no era el punto del testimonio de Comey. El ex director de la FBI no compareció para abordar el tema de si Trump personalmente estaba o no bajo investigación (Comey confirmó que no lo estaba hasta el 9 de mayo, pero no descartó –y hasta insinuó– que ahora podría estarlo), sino el punto central es que el mandatario mintió sobre su despido e intentó interferir en la investigación.
Tal vez por ello Trump decidió simplemente torcer lo que aseveró
Comey y descartar lo demás como mentira. Ante periodistas en la Casa
Blanca, resumió su interpretación del testimonio de Comey así: “No
colusión, no obstrucción. Él es un filtrador. Negó que le hubiera pedido
pedido
lealtada Comey y le solicitara
dejar ir a Flynn(en referencia al ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn, Comey había dicho que el presidente le solicitó
dejar iresa pesquisa).
Trump agregó que después del testimonio del ex director de la FBI, ayer
estábamos muy felices y francamente James Comey confirmó mucho de lo que yo había dicho. Algunas cosas sencillamente no eran verdad.
Interrogado respecto de si estaría dispuesto a testificar bajo
juramento ante el fiscal especial Robert Mueller, encargado de la
investigación del Departamento de Justicia sobre todo lo relacionado con
la mano rusa en las elecciones y sus secuelas, Trump afirmó que
100 por cientoy declararía lo mismo que estaba señalando ahora.
La palabra impeachment continúa circulando, pero un juicio
político contra Trump sigue como posibilidad lejana por el hecho de que
ambas cámaras del Congreso están controladas por el Partido Republicano.
Pero la investigación encabezada por el fiscal especial Robert
Mueller avanza, y por ahora es la amenaza legal más potente que enfrenta
la Casa Blanca. Mueller, especie de mentor para Comey (trabajaron
juntos durante el gobierno de George W. Bush; el primero como director
de la FBI y el segundo como subprocurador general), tiene reputación de
abogado institucional pero independiente, y sin temor a los altos
círculos de la política, de los cuales ha sido integrante. Varios
expertos legales suponen que ahora tendrá que incluir dentro de su
indagación si Trump cometió obstrucción de la justicia.
También proceden cuatro investigaciones de comités legislativos sobre
la interferencia rusa en el proceso electoral –la audiencia del jueves
ante el Comité de Inteligencia fue parte de una de éstas- y no se puede
pronosticar qué tan reveladoras serán. Pero su existencia prolonga la
incertidumbre y, a veces, el pánico dentro de la Casa Blanca, que en
palabras del mandatario se encuentra
bajo sitio.
“Esta fue la esencia del testimonio de Comey: que el presidente es,
en su centro, un hombre deshonesto y no confiable. Fue un juicio de
carácter, no una opinión legal... Esto define el momento… no se puede
confiar en el gobernante”, escribió Dana Millbank en un análisis de ese
testimonio en el diario Washington Post.
Mientras tanto, el procurador general, Jeff Sessions, también salió
dañado por el testimonio de Comey, ya que el ex director declaró que
cuando le
imploróintervenir para evitar más comunicación directa indebida entre él y el presidente, el procurador no hizo nada.
Más aún: el mismo jueves se filtró que durante la sesión a puerta
cerrada del Comité de Inteligencia se reveló que Sessions podría haber
tenido un tercer contacto que no reportó previamente con el embajador
ruso en Washington. Sessions fue obligado a recusarse de la
investigación sobre la interferencia electoral y posible colusión rusa
con la campaña de Trump por no haber reportado dos contactos con el
mismo embajador en 2016.
Algunos especulan que Sessions podría estar al borde de renunciar o ser despedid
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